
La foto la tomé en el poblado del Oeste en Tabernas, Almería.
Quizás sea la única horca que hay levantada en todo el país.
Y quizás eso sea lo malo.
Para reír o llorar, depende
La foto la tomé en el poblado del Oeste en Tabernas, Almería.
Quizás sea la única horca que hay levantada en todo el país.
Y quizás eso sea lo malo.
Galerna, Siroco, Mistral, Tramontana… son cuatro vientos, sí, y también son los nombres cuatro submarinos de la serie S70 construidos en Cartagena.
Como el de la foto, aunque, en realidad, no es ninguno de ellos, hay truco… se trata de una maqueta.
Qué hermoso es el Vesubio, y qué maligno de forma periódica. La última vez que erupcionó fue en 1944.
Y qué cerca está, demasiado cerca. Eso me pareció cuando estuve en Nápoles y Pompeya.
Cuando pequeño, vi muchas veces a mis padres enjalbegando nuestra casa. Era la cal el único recurso (pero eficaz) para los pobres de dar luminosidad al hogar.
Me había olvidado ya de ese antiguo sistema de adecentar fachadas y calles cuando, en un viaje, esta imagen me trajo al recuerdo a mi madre.
Claro que ellos no decían enjalbegar, sino encalar. Que, por otra parte, más logica tiene.
Fue en Moratalla, era invierno, se acercaba la Navidad. Esto último, aunque no lo recordara, lo habría adivinado por la oblicuidad de las sombras, para eso soy un hacha.
Y me pareció una imagen del pasado, decadente, romántica. Me imaginé que en algún lugar parecido pasaría las tardes Margarita Gautier, la Dama de las Camelias. Aunque no había ninguna dama ni camelia alguna rondando; sólo mi perro Lanzarote.
Cádiz, o Cai, como dicen los gaditanos. Una ciudad preciosa. Y a la que más veces he viajado.
Eso es lo que hacía este simpático personaje cuando lo fotografié. Y me pareció muy bien.