Fernando Rueda, el espía que surgió de las ondas

Fernando Rueda es uno de mis periodistas de investigación favoritos, de los que entretienen y de los que aprendes mucho, a la vez que te da que pensar y te produce siempre cierto desasosiego, igual que me ocurre con Santiago Camacho.

Por eso el «ambiente» en que he creado sus caricaturas es parecido.

El espía que surgió de las ondas... y de sus libros
Fernando Rueda, mi espía favorito

Por eso también, en agradecimiento por los buenos ratos que me hace pasar escuchándolo o leyéndolo, está aquí, entre mis personajes favoritos.

Fernando Rueda, el espía que surgió de las ondas

Lo leo en sus ya abundantes libros, (El dosier del rey, la Casa, La Casa II, son los últimos) y, sobre todo, lo escucho en La Rosa de Los Vientos, de Onda Cero, donde su sección «Materia Reservada» es mi favorita.

En el mundo de los espías es donde mejor se cumple ese viejo axioma de que «la realidad supera a la ficción».

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Vamos subiendo la cuesta

«Vamos subiendo la cuesta que arriba mi calle, se vistió de fiesta».  Eso dice la letra de una de las grandes canciones del aún más grande Serrat.

Y eso es lo que me vino a la mente cuando vi a toda aquella gente subiendo la cuesta, en dirección a la feria que había arriba.

Era en Nerja, en la Costa del Sol, donde se rodó Verano Azul. Ya saben, Chanquete, El Piraña,… ¿no? ¿de veras que no?

Hoy no puedo dibujar

Hoy no me puedo levantar decía Mecano en una de sus famosas canciones. Y yo, muy a menudo, tengo que cantar que hoy no puedo dibujar. Porque también dibujo, a veces, tanto para este como para mi otro blog.

El caso es que los años, y la artritis, no pasan en balde. Y tengo artritis, vaya por Dios, en el dedo pulgar de la mano derecha, lo que me impide, a veces, repito, sujetar con fuerza el lápiz y, por tanto, dibujar.

En esos casos, mi mesa se queda así, triste, paralizada y en blanco y negro. Como el gato que estaba triste y azul.

El pintor Auguste Renoir también tenía artritis en las manos, pero siguió pintando hasta el final. Está claro que yo no soy Renoir. En ningún sentido.

Puta vida.

Gloria in excelsis deo

Gloria a Dios en las alturas.

Gloria in excelsis deo. Catedral de Florencia

Supongo que Dios estará satisfecho de lo que hicieron sus seguidores para su mayor gloria, como es esta maravilla de catedral en Florencia, por ejemplo.

Lo del filtro que le puse a la foto al tomarla, imagino que no le gustaría tanto. A Él no le van mucho la frivolidades, pero yo es que, a veces, no puede resistirme.