Sin novedad en el frente

Sin novedad en el frente

Si novedad en el frente. A Putin, sea bueno o malo, había que darle, al menos, el Premio Nobel de Medicina. Le dieron el de la Paz a Obama con muchos menos méritos.

Ha conseguido, en dos semanas, lo que no consiguió la OMS y todos su expertos plandémicos del mundo mundial en dos años: sacar al puto virus de las televisiones.

¡Fuera bicho!

Ahora toca guerra

La guerra está de moda. Mejor dicho, la guerra de Ucrania. O aún mejor dicho, la guerra que empezó en Ucrania hace unos días, porque en Ucrania ya había guerra desde hace ocho años, pero esa no importaba.

Y tampoco importaban ni importan las otras muchas que hay por el mundo:

Hay en Afganistan, donde los talibanes reconquistaron el poder en 2021 y EEUU salió cagando leches y haciendo el ridículo tras 20 años.

En Yemen hay una y bien gorda, muy cruenta y con intervención y bombardeos de otros países. Pero… ¡bah! eso no interesa a los informativos.

La de Israel y Palestina ya forma parte del paisaje y ni la vemos.

Las hay de mayor o menor envergadura, intermitentes, enquistadas, parciales, de todos los tipos y colores. Está el caballo rojo del Apocalipsis, el que representa la guerra (hay que leer más la Biblia aunque sea por culturilla) en muchos lugares del planeta. A saber:

Etiopía, Mali, Níger, Burkina Faso, Congo, Mozambique, Myanmar (antes llamada Birmania), Haití… y alguna habrá que se me escape. Pero de pronto… de pronto… ¡Zas!

¡No a la guerra!

Se llenan los televisores de mensajes de «No a la guerra», hasta en las retransmisiones de los partidos de fútbol, los opinólogos que antes sabían todo del Covid, ahora llenan las tertulias televisivas y radiofónicas con sus expertas opiniones sobre la guerra… de Ucrania. Sólo la de Ucrania.

Hasta en los periódicos digitales deportivos locales, que no saben ubicar Ucrania en el mapa, y menos van a saber su historia y el origen del conflicto, ponen su «banner» de «No a la Guerra». Para quedar bien y no vaya a ser que los señalen.

Luego, los mensajes de «no a la guerra», van cambiando a «no a la invasión» para que vaya quedando claro quién es el bueno: el pobre gobierno ucraniano que ha estado masacrando 8 años a las provincias del Donbáss, y el malo, que es ese señor malvado, llamado Putin, que los medios de manipulación presentaron como socio de Donald Trump, para intentar dañar a ambos.

Luego ya va saliendo a la luz la trama, urdida por Clinton y sus secucaces, pero da igual.

El caso es que, con sus luces y sus sombras, Putin tiene que ser presentado como el malo. Y a ello se han puesto los medios de manipulación, como hicieron con la plandemia. El que hable bien de Putin se la carga.

Creo que es en Checoslovaquia donde se castigará con cárcel o multas (no recuerdo ahora) a quien apoye a Putin en las redes sociales. Los verificadores de la verdad ya se han puesto en marcha.

Un gran analista, el coronel Pedro Baños, ya ha dicho que a quien opine diferente sobre la guerra de Ucrania, lo «aplastarán». Y en esa misma intervención dice que es la única vez que va a hablar por la cuenta que le trae. La censura está aquí, pero luego vetan a RT y Sputnik, las agencias rusas, porque manipulan:

¿Por qué pasa esto?

Para entender el mundo hace falta, primero, saber historia. Lo que ocurre hoy suele tener sus raíces mucho más atrás. Meses, décadas, siglos, eras…

Segundo, hace falta investigar, no creerse nada de nadie a priori y buscar. Luego, después de recabar información, y después de digerirla, llegar a una conclusión PROPIA. Que puede estar equivocada, por supuesto, pero que es nuestra opinión, y no la que nos han insertado en el cerebro desde la tele. Igualito que con la plandemia.

Pero todo esto es laborioso, por supuesto. Hay que dedicarle esfuerzos, horas, y dejar de ver la telebasura que, al igual que la comida basura, es nociva pero… ¡es tan rápida y tan cómoda!.

A base de memes y mensajitos de Whatsapp pedimos estar a oscuras media hora, tal día y desde tal hasta tal hora, para que se joda Putin y sepa que no nos interesa su gas y podemos pasar sin energía. ¡Qué infantilismo el de esta civilización!

Si se quiere conocer con un poco de seriedad los orígenes de este conflicto, se puede empezar por leer el gran artículo de Fernando del Pino Calvo Sotelo, un informador independiente, aquí.

Si novedad en el frente

Resumiendo. Aunque en el conflicto de Ucrania, y en todos los demás, se siguen produciendo novedades, en la guerra de los medios de manipulación contra la población, no hay novedad en el frente. Todo sigue igual:

Unos medios corruptos, apesebrados, untados y envilecidos enviando consignas y propaganda, que no información, a una gran masa aborregada y lanar, que no es capaz de pensar por sí misma.

Y si mañana les dicen que hay ponerse una vacuna para parar la guerra de Ucrania ¡se la pondrán! ¡Vaya que si se la pondrán!

Esto, de momento es un meme. Ya veremos dentro de un tiempo.

2 Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.