La muerte y el paraíso

La muerte y el paraíso

Hace ahora 20 años que la muerte visitó mi casa una vez más. En aquella ocasión, en 1995, fue para llevarse a mi padre, tras una durísima agonía.

En aquellos días eternos, tristes, salados y amargos, mis hijos también defendían a su abuelo de la forma que sabían.

La herramienta de mi hijo Jose, el mayor, era el dibujo. Hoy es dibujante en la revista El Jueves.

Entonces, con trazos todavía ingenuos y en formación, lo que hacía era dibujar a su abuelo vivo, muy vivo, rodeado de aquellas cosas que le daban la vida precisamente.

Su perro Quirón, su gato Atila, sus caverneras… y su eterna bicicleta, aquella que limpiaba y mantenía en perfecto orden de revista aunque ya no la usaba hacía años porque su salud no se lo permitía.

El abuelo Paco
El abuelo Paco

No sirvió de nada aquel dibujo y la señora de negro se lo llevó.

No, no es cierto, sí que sirvió. Nadie muerte realmente mientras alguien lo recuerde, y aquel dibujo ayudó a mantener vivo su recuerdo.

Hoy, por ejemplo, al encontrarme el dibujo y motivarme a escribir estas líneas en el blog hacen que reviva otra vez con fuerza.

El horóscopo y el cambio de una bombilla

El horóscopo y el cambio de una bombilla

El horóscopo y el cambio de una bombilla

Hace mucho tiempo, cuando estudiaba astrología, circulaba una especie de cuento-chiste que ayudaba a retener conceptos básicos (tópicos todos) de cada uno de los signos del zodiaco.

Y ese cuento giraba en torno a cuantas personas harían falta (todas del mismo signo zodiacal, claro) para cambiar una bombilla fundida.

He encontrado ese pequeño cuento entre mis viejos apuntes y he querido rescatarlo por si le interesa a alguien sonreír un poco.

Para entenderlo hay que conocer algo de esos tópicos y estándares que se atribuyen a los signos:

Signos primaverales

Hijos de Aries, son egocéntricos y poco habilidosos.

Los Tauro son tercos, constantes y poco amigos de innovaciones.

La dualidad de los Géminis (hoy se diría bipolaridad) y su capacidad para liar y embaucar a la gente.

Los del verano

A Cáncer se le supone sensibilidad y fragilidad de espíritu.

El complejo de superioridad es una carga que soportamos los Leo.

Virgo y su meticulosidad e hiperanálisis es otro de los clichés archiconocidos.

Otoñales ellos

Un carácter dubitativo e indeciso para los Libra, marchando.

La desconfianza y tendencia al «mosqueo» que arrastran los Escorpio es proverbial.

Optimismo desbordante dicen que tienen los nativos de Sagitario.

Y por último, los invernales

Egoísmo y pragmatismo para los Capricornio.

Acuario tiene fama de competitividad y carácter mesiánico…

Y el despiste y atolondramiento queda para los Piscis, pobrecicos míos.

mujer-zodiaco

Bueno, empecemos con el horóscopo y el cambio de una bombilla; el juego era así:

En riesgo de exclusión

En riesgo de exclusión

mas-pobres-que-las-ratas
El lenguaje, esa herramienta de dominio

En riesgo de exclusión… ¡Qué manera tan infame de jugar con las palabras y de cambiarlo todo para desposeerlo de fuerza y significado, para dejarlas vacías!

Riesgo es la posibilidad o proximidad de un daño, dice el diccionario. El que nada entre tiburones está en riesgo de que se lo coman. Cuando ya se lo han comido, el riesgo ya no existe, cojones. Es un hecho consumado.

¿Cómo es posible que tras 8 años de crisis (estafa) salvaje siga habiendo millones de personas «en riesgo de exclusión»? ¿Es que por las noches llega Batman y las rescata hasta la mañana siguiente?

¿Los que comen de lo que encuentran en la basura todavía no han sido excluidos y siguen en riesgo de que el excluidor que los excluya buen excluidor será?

Santi Camacho, conspira que algo queda

Santi Camacho, conspira que algo queda

Santi Camacho Hidalgo. Como se suele repetir en estos casos… ¿qué decir que no se haya dicho ya?

Se me ocurre algo y es mi impresión personal de él; eso… seguro que no lo ha dicho nadie.

Sí han dicho que es escritor y periodista etc. etc. en muchos sitios, por ejemplo aquíaquí o aquí.

Su bibliografía se puede encontrar en varios sitios también, por ejemplo aquí y aquí

Pero decía que lo que iba a reseñar era mi relación personal con él, si a relación se puede llamar el ser lector y seguidor suyo, porque no tengo el gusto de conocerlo.

Santiago Camacho caricatura
Santiago Camacho – caricatura

Puedo decir que no tengo todos sus libros, pero que voy camino de ello. Los que no tengo son porque aún no los he encontrado por estar agotados o descatalogados, pero ya caerán, ya.

Puedo decir que lo conocí tarde; y tarde significa que siendo como soy desde chiquito aficionado a los asuntos del misterio no tomé conciencia de él hasta bien avanzada su carrera profesional.

No sé por qué. Otro misterio dentro del misterio. Y puedo decir que me asusta.