
El día que estuve en la Plaza Navona no vi ni Ángeles ni Demonios, aunque puede que estuviesen, dado que había mucha luz y mucha oscuridad.
Lo que sí estaba, seguro, era el obelisco de Domiciano. Imposible no verlo.
Para reír o llorar, depende
El día que estuve en la Plaza Navona no vi ni Ángeles ni Demonios, aunque puede que estuviesen, dado que había mucha luz y mucha oscuridad.
Lo que sí estaba, seguro, era el obelisco de Domiciano. Imposible no verlo.