Da gusto ver llover tras los cristales. O seguir detrás de los cristales cuando ya ha pasado la lluvia y hace frío. Foto tomada desde el coche, antes de entrar a trabajar, y después de una intensa lluvia. Y sobre todo, lo que da mucho placer es estar en Cartagena. Al menos a mí. Navegación de entradas El cabo de las tormentas The invisible man y su perrito