El cuarto joder

El cuarto joder

Se dice, pero es mentira, que la prensa es el cuarto poder.

Quizás lo fue en su día, cuando el J’accuse de Emile Zola y todo aquello. Pero ya no. Se suponía que era un cuarto poder porque se encargaba de controlar a los otros tres clásicos: ejecutivo, legislativo y judicial. Pero es que ya, eso, tampoco. ¡Si Montesquieu resucitara, se suicidaba a los quince días! Ya no hay separación de poderes, los políticos dan pucherazos en las elecciones, los gobiernos se nombran de forma espuria y luego los mandamases nombran a los jueces. ¿Separación? Mis cojones, con perdón, están más separados que los tres poderes.

Hay un sólo poder. Uno solo. Y no sabemos quién -o quienes- son, están en la sombras. Ellos, a los que no vota nadie, eligen y ponen al mando marionetas en los gobiernos. Ellos, los que quieren que no tengamos hijos, los tienen por decenas. Ellos que critican a los reyes (puta envidia) casan a sus descendientes entre sí, formando dinastías más largas que los Capetos, los Romanov y los Trastamara juntos. Ese es el poder. Ese es el joder.

Pero volvamos a la prensa, que de eso iba la cosa. Cuando yo era joven -porque lo fui una vez, bueno varias veces- había un periódico que era el de más tirada en mi región al que mis amigos y yo llamábamos, de coña, El Pravda. Para los damnificados de la ESO, el Pravda era el diario oficial del Partido Comunista de la Unión Soviética. Y Pravda significa VERDAD.

El comunismo es una religión, de modo que el diario oficial del Partido más Comunista del Comunismo, de la Unión más Soviética de las Uniones, era la Biblia. Y si era la Biblia, lo que allí salía era Verdad. LA VERDAD.

Decía que mis amigos y yo, que entonces, pobrecillos, éramos o creíamos ser rojos, cuando íbamos a por la prensa decíamos que íbamos a comprar El Pravda. Aunque entonces, creo, era de la Iglesia. Editorial Católica (EDICA) se llamaba la empresa que lo gestionaba, según creo recordar.

Pero todo cambia. Han pasado muchos años. Estamos todos los amigos jubilados, ya no somos rojos, ahora (según dicen) somos fachas, porque en cuanto no piensas igual que ELLOS es que eres facha, machista, y mil lindezas más. Y ahora quien es «rojo» es el Pravda. No es un rojo chillón porque tiene que guardar las apariencias y en el grupo, que son Vocento Y La Madre, han de dar sensación de pluralidad, diversidad, multiculturalidad, y todo lo que conlleva el pensamiento progre único que impera. Que, en el el fondo, es el marxismo cultural, vestido con mil ropajes y nombres distintos.

Hace ya unos cuantos años, sobre siete u ocho, que decidí dejar de comprar la prensa. Ni un solo periódico ha entrado ya en mi casa desde entonces. Eso no significa que no los pague, en parte. El dinero que no desembolso es el que le daba antes al kiosquero, porque los periódicos se pagan varias veces. Y el que dice periódicos, dice televisiones, o cualquier otro medio de desinformación masiva. A saber:

  • Lo pagas cuando lo compras (o te suscribes a una plataforma televisiva, etc.)
  • Lo pagas con tus impuestos cuando el gobierno los subvenciona directamente o les contrata publicidad institucional.
  • Lo pagas indirectamente cuando el comerciante se anuncia en prensa y, para compensar el gasto publicitario, sube el precio del producto que compras.
  • Eso está mal, muy mal. Pero… si al menos te informaran y te dijesen la verdad. Y no, no es así. Lo que haces es pagar propaganda. Por eso, este cuarto punto… ¡joder! El cuarto, joder.

Te mienten con las noticias, inventando, exagerando u ocultando. Todos están de acuerdo y siguen el dictado del poder, informan de lo mismo, a veces con las mismas palabras, a veces con otras. Te escamotean lo que les dicen que callen. Y al que dice algo distinto le acusa de lanzar bulos.

Tienen además un grupo que personajes que obedecen a los mismos amos, que se llaman «verificadores» y que se encargan de decir lo que es verdad y lo que es mentira, aunque a ellos mismos los pillen mintiendo y tengan conflictos de intereses entre sus miembros y el poder.

Pues, a pesar de todo eso, a pesar de todos sus esfuerzos y tener tanto dinero y tanta gente detrás, van bajando sus ventas, sus audiencias. La gente los va calando. El Pravda es uno de los que más ha caído. Parece que ya imprimen en total unos 4.000 ejemplares diarios cuando hace años estaban en los 110.000 o 120.000.

No hace falta ningún estudio sociológico ni estadístico, ni demoscópico o como quieran llamarlo. Sólo hay que ir al kiosco y ver los montones de periódicos y compararlos con los que había antes. A ojo, se nota que están cerca de la agonía y si no se han muerto es porque tienen respiración asistida del poder, que les inyecta (nuestro) dinero porque necesitan tener a algún vocero que diga lo que ellos quieren que se diga.

Ya saben, no es lo mismo la opinión pública que la opinión publicada.

El cuarto poder está para jodernos. Ya sólo son el cuarto joder.

Dos imágenes ajenas que reflejan la misma idea. Una es de Kap y la otra de Clovis.

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