He cambiado mucho porque soy el mismo.

He cambiado mucho porque soy el mismo.

Hace mucho que no escribo aquí, pero no ha sido por desinterés. Es que he estado muy ocupado, transformándome, pero soy el mismo.

Hay gente que se pregunta cosas, y una de las cuestiones más comunes es eso de “¿qué habría pasado si…?”.

Yo también lo hago y me pregunto por mi futuro de entonces, que es mi presente de hoy, si no hubiese tenido problemas cardíacos y dos intervenciones en mi cafetera, que todavía funciona aunque con algunas deficiencias.

Asimismo me pregunto cómo se habría desarrollado mi vida si no hubiese muerto mi perro Lanzarote a una edad tan temprana y de forma tan imprevista.

Y otra cosa que me viene a la mente buscando respuesta, sin encontrarla, es cuales serían mis ideas, mi postura, si los independentistas catalanes no hubiesen dado el golpe de estado.

Porque esas tres cosas principales, aunque alguna más hay aunque de manera más circunstancial, han estado relacionadas entre sí y han cambiado mi forma de ser, mi actitud, mi forma de ver el mundo.

Aunque sigo siendo el mismo, claro, y con los mismos valores esenciales que tenía antes.

Fray Jorge de Burgos va ganando

Fray Jorge de Burgos va ganando

Fray Jorge de Burgos va ganando. Hace unos años escribí en mi anterior blog una entrada sobre los ofendidos que no es que abundaban, sino inundaban, España. (Yo, como no soy de la neoizquierda hispanófoba, todavía digo España y no «este país»).

Por cierto, la expresión utilizada anteriormente, la leí por primera vez en el libro de la «Dedicatorias» de José Luis Coll, y se me quedó grabada. Decía «Al gilipollas, que no es que abunde, es que inunda«.

A aquella entrada, la llamé «Ofendiditos«, término que ahora empiezo a ver y oír en los medios con cierta frecuencia.

Mira que si fui yo el que creó tendencia con la palabreja y no lo sé… En fin, me importa un huevo -de gallina, claro, no se me ofendan, aunque, bueno, si se ofenden, me importa otro-, sigamos.

Pues eso, que los ofendiditos, que son casi equivalentes a los gilipollas, nos están inundando, nos van a ahogar en ese inmenso tsunami.

Un tsunami de hipocresía, fanatismo, ignorancia, falacia, mentira, impostura, felonía, fariseísmo y un etcétera no muy largo ya, porque se me van agotando los sinónimos.

Fray Jorge de Burgos