Hoy le llevo flores a «Buche»

Hoy le llevo flores a «Buche»

A medida que van introduciéndose palabras nuevas (a veces de mala manera) en nuestra lengua, otras van desapareciendo.

Me da pena, porque algunas son muy bonitas.

De modo que voy a hacer un pequeño cementerio en mi blog, y les iré llevando flores. Así no desaparecerán del todo, mientras que hayamos algunos locos que las recuerden.

Me cansa mucho esto

Me cansa mucho esto

Me cansa mucho esto.

Me cansa la estupidez humana.

Me cansan los que no son capaces de leer más de 140 caracteres en twitter, y además no entienden lo que leen.

Me cansan los que le dan a «Me gusta» sin haber leído el artículo que hay enlazado a él y sin saber su contenido.

Me cansa la superficialidad de los que prefieren no saber, no oír, no ver.

Me cansan los que se ofenden porque hagas visible algo desagradable que está pasando, pero no se ofenden porque esté pasando, sino porque tú lo manifiestes.

Me cansa tanta hipocresía.

Y me cansan las exigencias

Y sobre todo me cansa los que, después de todo eso, te exijan las fuentes de donde obtienes la información.

¡Qué cansancio, Dios mío!
Ofendiditos

Ofendiditos

Dice una famosa leyenda que, hace mucho tiempo, una ardilla podía viajar por España de los Pirineos a Gibraltar saltando de rama en rama, sin tocar el suelo.

Hoy no podría hacerlo con árboles, pero sí que podría saltando sobre las cabezas de los ofendidos.

No hay otro país que tenga mayor cantidad de ofendidos por metro cuadrado.

No tengo cifras estadísticas que lo digan; el dato me lo he inventado, como hacen los modernos comunicadores o creadores de opinión, pero me vale para seguir mi argumentación.

Hay gente se ofende por todo, absolutamente por todo.

ofendidito