Ofendiditos
Dice una famosa leyenda que, hace mucho tiempo, una ardilla podía viajar por España de los Pirineos a Gibraltar saltando de rama en rama, sin tocar el suelo.
Hoy no podría hacerlo con árboles, pero sí que podría saltando sobre las cabezas de los ofendidos.
No hay otro país que tenga mayor cantidad de ofendidos por metro cuadrado.
No tengo cifras estadísticas que lo digan; el dato me lo he inventado, como hacen los modernos comunicadores o creadores de opinión, pero me vale para seguir mi argumentación.
Hay gente se ofende por todo, absolutamente por todo.