Encuentros en las cuatro fases

Encuentros en las cuatro fases

Encuentros en las cuatro fases… de la luna.

Las fases lunares podemos dividirlas en dos grandes ciclos: el primero desde la Luna Nueva hasta la Luna Llena, en el que podemos observar un aumento paulatino de la cantidad de luz reflejada por la Luna.

El otro gran ciclo es el que se inicia con la Luna Llena hasta la Nueva y que se caracteriza por la disminución de dicha luz reflejada.

fases de la luna
Fases lunares

Luna nueva

La fase de aumento de luz comienza en el momento en que el Sol y la Luna se encuentran en el mismo signo y grado de longitud zodiacal; en ese momento comienza la Luna Nueva.

En general es la época más adecuada para iniciar nuevos proyectos o comenzar asuntos de cualquier índole, también la capacidad creativa se ve aumentada, lo cual determina la capacidad de concebir nuevas estructuras en todo aquello que sea de interés para nosotros.

Existe, también, un aumento de empuje o incluso hasta una cierta agresividad, que si lo interpretamos correctamente no son sino el motor que facilita el comienzo de otras empresa; esta situación se correlaciona, en el mundo vegetal, con la época de la siembra o del máximo crecimiento de lo sembrado previamente.

Ah, bueno, si es la tradición…

Ah, bueno, si es la tradición…

Tradición, entrañable tradición
Tradiciones

Sobre monos, plátanos y duchas

Es muy conocido el experimento que realizaron hace tiempo con seis monos.

Estaban en una jaula y en la misma había una escala que llevaba a una cesta con plátanos.

Cada vez que alguno intentaba subir a por los plátanos, una ducha de agua helada los bañaba a todos.

Lo repitieron hasta que llegó el caso en que si algún mono intentaba trepar por la escala, los demás le golpeaban para impedírselo. Sabían lo que les ocurriría a continuación.

El siguiente paso fue sustituir a uno de los monos por otro nuevo que no conocía aquello.

En cuanto se acercó a la escalera recibió una paliza del resto, que temían una ducha helada.

El nuevo no sabía nada de la ducha, pero al poco ya entendió que no debía intentar subir por la escala. Salvo que quisiera llevarse una golpiza.

A continuación cambiaron a otro mono y se repitió la historia pero, en este caso, además, el mono que había entrado antes y no conocía las duchas heladas, también participaba en golpear al nuevo.

Él ya había asumido que estaba prohibido acercarse a la escalera.

Terminaron sustituyendo a todos los monos, hasta que ya no quedó ninguno del grupo inicial.

Todos habían entrado después de la fase de las duchas de agua helada y no las conocían.

Sin embargo, todos participaban del hecho de que había que golpear a aquel que intentase alcanzar los plátanos. Aunque no sabían por qué.

Aquí hay gato encerrado

La historia de los monos es archiconocida. No lo es tanto otra tan esclarecedora o más sobre la irracionalidad de algunos comportamientos, ya que sus protagonistas son humanos. Y un gato.

Ocurrió que un maestro espiritual, un gurú, que tenía su grupo de acólitos, tenía también un gato por mascota.

Cuando el gurú iba a realizar su oficio religioso y empezaba a montar su altar, con el incienso, las velas y todos los accesorios que correspondan a tales menesteres.

El gato, que era muy revoltoso y no entendía de cultos espirituales, pasaba entre todos los chirimbolos, volcaba el cáliz, tiraba las velas y lo ponía todo manga por hombro.

Aunque el gurú intentó educarlo, no tuvo tanto éxito como con sus seguidores. Finalmente, no tuvo más opción que atarlo cada vez que iba a oficiar una ceremonia.

Pasó el tiempo, el gurú pasó a otro plano más elevado (que la palmó, vamos), también llegaron otros acólitos y se renovó la congregación. Pero se mantuvieron los ritos, que fueron pasando de unos a otros, como manda la Sagrada Tradición.

El gato también cambió, pero siempre hubo uno.

Los discípulos no sabían el porqué, pero antes de empezar cada misa había que buscar un gato y atarlo.

Era lo que veían sus antecesores y era lo que hacían ellos, ya para siempre, por tradición.

Black Friday a la española

Nos quejamos de vicio.

Siempre dale que te pego con que todo lo copiamos de los americanos, desde el Jalogüin ese a las gorras con la visera patrás.

Y ahora lo del Black Friday, el viernes negro que es el día del consumidor de los yanquis. Vale, es otra más. Pero esta vez ha sido distinto.

Analfabetos y analfabestias

Analfabetos y analfabestias

Sobre analfabetos y analfabestias.

No es blog para analfabestias
Cartagena Provincia

Dice la RAE que analfabeto es aquel que no sabe leer ni escribir y, en una segunda acepción, que es aquel ignorante, sin cultura o profano en alguna disciplina.

En cambio, la palabra analfabestia no está registrada por la Real Academia pero yo, que soy así, como España y Larra, señora, sí que la utilizo.

En lo que no entra la RAE es en los motivos por los que alguien no sabe leer ni escribir, claro.

No están para eso. Pero para mí es muy importante ya que, según sean estos, el individuo será para mí un analfabeto o un analfabestia.

Los analfabetos son aquellos que no han podido aprender o han aprendido unos mínimos casi insuficientes por circunstancias adversas, ya sean económicas, de salud, o cualesquiera otras, pero ajenas a la voluntad de sujeto.

Para ellos todo mi respeto y simpatía.

Algunos misterios de la Gran Pirámide

Algunos misterios de la Gran Pirámide

Algunos misterios de la Gran Pirámide

Hace unos días hice, en otro de mis blogs, un post sobre Micerinos, faraón de Cartagena.

Eso me recordó una especie de artículo que publiqué en una revista loca de Cartagena, hace mucho tiempo, sobre la pirámide de Keops y sus muchos misterios. Lo busqué entre mis apuntes polvorientos y lo encontré. Aquí está.

La cábala de piedra

Se dice que la cábala estaba constituida por la suma del saber recibido por tradición. Por lo tanto, partiendo de este supuesto, cábala podría ser cualquier obra humana en que ese saber esté cifrado.

Algunos afirman que la gran pirámide de Gizeh llamada de Keops (o Kufú) por haberse enterrado allí este faraón (cosa que no está muy clara, ya que no se ha podido probar que nunca se haya enterrado a nadie en ella) este faraón, es una verdadera cábala de piedra que, lejos de haber sido construida para servir de tumba a un rey, lo fue para perpetuar el saber recibido y transmitirlo a las generaciones venideras que supieran leerlo.

El extraño cúmulo de curiosas coincidencias que se han descubierto entre las medidas de esa pirámide y las que rigen el movimiento de la Tierra establece una perfecta relación entre la aritmética y la geometría y entre ambas y la astronomía y parece que tienden a confirmar dichas hipótesis.