El horóscopo y el cambio de una bombilla
El horóscopo y el cambio de una bombilla
Hace mucho tiempo, cuando estudiaba astrología, circulaba una especie de cuento-chiste que ayudaba a retener conceptos básicos (tópicos todos) de cada uno de los signos del zodiaco.
Y ese cuento giraba en torno a cuantas personas harían falta (todas del mismo signo zodiacal, claro) para cambiar una bombilla fundida.
He encontrado ese pequeño cuento entre mis viejos apuntes y he querido rescatarlo por si le interesa a alguien sonreír un poco.
Para entenderlo hay que conocer algo de esos tópicos y estándares que se atribuyen a los signos:
Signos primaverales
Hijos de Aries, son egocéntricos y poco habilidosos.
Los Tauro son tercos, constantes y poco amigos de innovaciones.
La dualidad de los Géminis (hoy se diría bipolaridad) y su capacidad para liar y embaucar a la gente.
Los del verano
A Cáncer se le supone sensibilidad y fragilidad de espíritu.
El complejo de superioridad es una carga que soportamos los Leo.
Virgo y su meticulosidad e hiperanálisis es otro de los clichés archiconocidos.
Otoñales ellos
Un carácter dubitativo e indeciso para los Libra, marchando.
La desconfianza y tendencia al «mosqueo» que arrastran los Escorpio es proverbial.
Optimismo desbordante dicen que tienen los nativos de Sagitario.
Y por último, los invernales
Egoísmo y pragmatismo para los Capricornio.
Acuario tiene fama de competitividad y carácter mesiánico…
Y el despiste y atolondramiento queda para los Piscis, pobrecicos míos.
Bueno, empecemos con el horóscopo y el cambio de una bombilla; el juego era así: