Quizás cuando alguien dice “eso no se le ocurre ni al que asó la manteca”, para expresar el colmo de las ideas absurdas o poco prácticas, está pensando en un personaje ficticio o imaginario.
Pues no te creas. Existió, y asó la manteca. Y dejó por escrito el modo de hacerlo en un recetario. Con un par.
Un Arguiñano del siglo XV
El recetario se titulaba “Arte de cocina, pastelería, vizcochería y conservería” y data de 1616.
El cocinero era Francisco Martínez Montiño y, entre otras cosas, ideó una especie de postre que se componía en gran parte de manteca asada.
Aquel Arguiñano del siglo XV dejó bien detallado el modo de asar la manteca y elaborar aquella delicatesen.
Había que coger manteca de vaca y espetarla de un extremo a otro con un asador de palo. No podía ser metálico ya que, con el calor, la manteca se derretiría por el interior que estaba en contacto con el espetón y se saldría.
Por la misma razón, el palo no debía ser cilíndrico, sino cuadrado. Montiño pensaba en todo.
Seguir leyendo «Montiño. El que asó la manteca.»