Los testimonios de efectos adversos de las llamadas vacunas empiezan a ser abrumadores, aunque los medios oficiales pagados intentan ocultarlos.
Cuando dicen algo, poquito, los «expertos» se apresuran a decir que son leves y temporales.
Para temporales los que se avecinan cuando la realidad empiece a salir a luz y no puedan ocultarla.