Hemos tenido muy mala suerte en España. Parece que somos el antiguo Egipto y nos llegan las plagas bíblicas.
Teníamos la peste roja, o peste comunista, o como se le quiera llamar, empezando a arrasar el país o, mejor, la nación, que les jode más. Y, como las desgracias nunca vienen solas, nos llegó también el virus chino.
Éramos pocos y parió Wuhan.