Hay necesidad de meditar, por parte de todos, alguna vez.
Si cuando llegue la ocasión no se te ocurre ningún tema sobre el que reflexionar, yo tengo una lista que una vez leí de argumentos, en atención al signo solar al que pertenezca cada quien.
“Hombre robusto, de pie, vestido de pieles o de un abrigo muy pesado, flotante y grosero, con los hombros casi desnudos. Un Hércules. Lleva un garrote en la mano.”
Es de casi todo el mundo bien sabido que el comienzo del año oficial y el año real, cósmico, astronómico o como queramos llamarle, no coinciden. Lo que ya no sabe mucha gente es la razón de esa discordancia.
¿El 1 de enero? Va a ser que no
En los momentos actuales, el año comienza el día 1 de Enero, cuando el Sol se encuentra, aproximadamente, a diez grados del Macho Cabrío, posición que no tiene ninguna especial trascendencia ni marca ningún punto determinado.
Sin embargo, en épocas pasadas sí coincidían la fecha oficial y la real. Pero ¡lo que son las cosas! el que el año comience en las calendas de enero tiene que ver con España (sí, con España, aunque entonces se llamaba Hispania) y concretamente con Numancia. Ocurrió que llevaban ya varios años los romanos dale que te pega con los celtíberos de Numancia y alrededores intentando someterlos, sin conseguirlo.
Y ocurrió como ahora en el fútbol, que en Roma, cuando se ponían nerviosos con el partido, cambiaban de entrenador, en este caso de cónsules -que iban a pares- dirigiendo los ejércitos. Pero los cónsules se cambiaban a principios de año, o sea, el 20 de marzo, y había tanta necesidad de ganar el partido que el senado de Roma o quien manejase el cotarro dijo «bueno, pues si hay que esperar a que sea primero de año, cambiemos el comienzo del año y que sea YA».
Así se hizo, aunque los entrenadores, digo cónsules, nuevos, tampoco consiguieron enderezar el partido contra el Numancia, digo contra Numancia y siguieron perdiendo. Lo cierto es que no ganaron hasta que nombraron entrenador, digo cónsul, a Cornelio Escipión Emiliano, el que consiguió destruir finalmente Cartago.
Me estoy yendo por las ramas, como Tarzán. Resumiendo, aquello de Numancia hizo que el cambio se quedase ya fijo en el calendario y hoy celebramos el año nuevo el uno de enero, en lugar de hacerlo el equinoccio de primavera.
¿Es primavera? ¡feliz año nuevo!
Julio le da otro toque al calendario
Ese Julio no es el mes, sino Julio César, que decidió reformarlo un poquito más, naciendo así el calendario juliano, instituido por él mismo, y en el que incluso un mes -el séptimo- lleva el nombre del César. (La palabra calendario tiene su origen en “calenda”, que era el primer día de cada mes para los romanos)
Sin embargo, sí hay a lo largo del año fechas significativas, que determinan puntos culminantes en las posiciones recíprocas Tierra-Sol. Una de ellas viene a ser el 21 de Marzo, aunque esta es una fecha aproximada ya que no todos los años ocurre el mismo día el acontecimiento.
Por ejemplo, el año 2013, cuando escribo este post, el Sol entró en Aries el día 20, a las 12:02 horas. Y cuando el sol se encuentra en la posición (3), marca el comienzo de la Primavera y el del año cósmico:
Aplicación práctica de la astrología… La primera pega con que se encuentra aquel que comienza a oír hablar de astrología es el creer o no en ella. Para los que deciden no creer (porque generalmente no se cree por decisión en lugar de hacerlo por conclusión) ha cesado el problema.
Sin embargo, para el que piensa que es o que puede ser verdad, surgen ahora más preguntas: ¿Para qué me sirve? suele ser una de ellas y a esta pregunta se le da invariablemente una respuesta: el horóscopo.
El tema natal u horóscopo es algo valioso y útil que casi todo el mundo conoce, consiste básicamente en una representación gráfica del cielo en el momento que nos interese.
Proviene de las palabras griegas horo (hora) y skopo (observar). Podríamos traducirlo por “yo observo la hora”.
Conferencia sobre astrología en el Aula de Cultura de Murcia
Sería, pues, el estudio de una hora determinada.
Sirve para estudiar muchas cosas: carácter, posesiones, enfermedades, etc. pero también tiene sus limitaciones.
Una vez pasada la euforia y el misterio del primer momento, una vez que hemos obtenido de él toda la información posible por los medios que sean (libros, estudios, amigos, etc.) se convierte en un trasto inútil.
¡Hasta extraño con todos esos signos tan raros y que antes nos intrigaban tanto. !
El final muchas veces es arrinconarlo y, al final, perderlo.