Timos de ayer y de hoy

Timos de ayer y de hoy

Los timos son tan antiguos como la humanidad y, al igual que esta, han ido evolucionando y mejorando. Para ello se han hecho mucho más complejos, además de haberse globalizado, como todo.

En España fueron muy famosos (todavía se siguen practicando a menor escala aunque parezca mentira) el tocomocho, la estampita, el pinchazo, el nazareno, etc.

Hay algunos personajes que aparecen casi siempre: el gil, o gilí, o jilé, que se refiere al tonto, al bobo. Ese bobo puede ser real, en el caso de la víctima, o puede ser que se hace pasar por tonto, como cebo para el engaño.

Timos de ayer
Timos de ayer: la estampita

Hay más términos relacionados con los timos. Además de gili o gilí también se llama longuiso (del caló lonquiso) al que aparenta pobreza de espíritu o cobardía, y simula ser tonto para mejor embaucar a quien se propone desplumar. Longui y longares son sinónimos.

Pero lo que tienen esos timos en común casi siempre es un listo (o listos) que planean el timo, los cómplices necesarios para dar verosimilitud al asunto y la víctima. Y lo otro en común es, claro, el dinero. Porque el fin de todos ellos es sacar el dinero de tu bolsillo y que pase al suyo.

La globalización del timo

Como decíamos al principio, los timos se han globalizado ¡y de qué manera! Hay muchos, pero mis preferidos son el clima cambiático, las kakunas, la Agente Vente y Trinca (que es una mezcla de todos) y otros menores, como Putin, que no es que sea un cacho de pan sino que tiene la culpa de todo y sirve lo mismo para un roto que para un descosido, etc. etc.

Timos de hoy
Timos de hoy

Para globalizarse todo se ha aumentado exponencialmente. Los pillos que se enriquecen son muchos, cientos. Hay cómplices que también se enriquecen, pero menos, y esos son miles y miles (medios de comunicación, básicamente, que han pasado de ser el cuarto poder al cuarto joder. Total por una consonante…)

Están esos otros cómplices que no se enriquecen pero colaboran voluntariamente y de buena fe. Son los que Lenin llamaba «tontos útiles» para referirse a los socialdemócratas. No entendían, no sabían la realidad, pero se sumaban a la tarea. Los tontos útiles son millones, muchos millones. Y además de cómplices son víctimas, porque lo pagan con su bolsillo o su salud.

Y lo que se ha multiplicado por eones son las cifras mareantes, el dinero que se mueve y los beneficios de los timadores.

Mejora del timo global

El timo global ha mejorado mucho. Se hacen pruebas y, según el resultado, se retoca aquí o allá. ¿Recuerdan el 2008 o 2009 con la psicosis de la gripe A y las vacunas? En aquella época, los medios informativos todavía informaban, a medias pero informaban, hoy ya solo hacen propaganda. Y claro, si alguien informa, las cosas se van al garete.

Recuerden: 2009 – Gripe A

La psicosis de la gripe A y el negocio del miedo.

Cuando aquello se descubrió, alguien tomó nota. Había que ampliar los colaboradores, gastar más dinero, sí, pero también se ganaría más. Muchísimo más. Y diez años más tarde, en 2019 volvieron, corregidos y aumentados.

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