La Inquisición religiosa, por si alguien no lo sabe (¡qué cosas tengo!) era un tribunal eclesiástico dedicado a la supresión de la herejía que inquiría y castigaba los delitos contra la fe.
Sobre la Inquisición, especialmente la española, hay una leyenda más negra que el carbón, pese a ser la que menos personas ejecutó y ser una de las que más tarde se constituyeron. Pero no es ese el tema de esta entrada del blog, sino de la Moderna Inquisición.
La Inquisición antigua, mejor o peor, era un tribunal y tenía unos criterios, buenos o malos, emitían sentencias, justas o injustas. Ahora ya no hay tal, sólo unas personas anónimas que, sin criterio claro, y ante el que no se puede apelar, suprime opiniones, cierra cuentas, cancela programas, condena a agentes sociales y hace lo que le sale de los cataplines.
Y siempre siguiendo los intereses de sus poderosos señores. Que nunca dan la cara, pero que se sabe quienes son y qué pretenden.
Pingback: No caigas en sus redes - Olivica comía...