Hace pocos días publiqué una entrada en que hablaba, entre otras cosas, de las falacias.
Hay muchas, muchísimas, y están estudiadas desde hace siglos. Una de ellas, muy utilizada, es la falacia del «hombre de paja«, llamada también «del espantapájaros» o «ignoratio elenchi». La mayoría tienen nombres en latín, dada su antigüedad.
Cada falacia es un argumento que parece válido, pero no lo es. En el ejemplo, el pobre espantapájaros está para espantar a los pajaritos que arruinan las cosechas, pero su adversario «interpreta» esa acción contra todo lo que vuele, como la aeronáutica y, por extensión, incluso a los avances de la humanidad.
Se utilizan continuamente por todos, a veces involuntariamente y, la mayoría de las ocasiones, con toda intención. Los auténticos especialistas son los periodistas y los políticos; es decir, la gente que más miente por sistema o como medio de vida.
Como decía, son muchas las falacias catalogadas. He recogido las que he podido, quizás haya más. De momento, vamos con estas.
Si tengo tiempo y oportunidad, iré desarrollando algunas e ilustrándolas, tal y como he hecho hoy con la del espantapájaros.