Hoy, como otras veces, me siento vacío. Puede que sea un proceso normal a medida que se envejece; quizás es un recurso del cuerpo para ir haciendo más fácil el dejar esta fase que llaman vida y pasar a otro estado. El ir teniendo menos apego a lo de aquí, supongo que lo hará más llevadero. Digo yo.
Cuando no soy capaz de sentir interés por la sociedad en que vivo, hay pocas cosas que aviven esa pequeña llamita que todavía arde.
Son mi mujer, mis perros, mis libros y dibujar.
Dibujar sólo por dibujar.
Sin objetivo. Recordando los cómics que leía de pequeño, o poniendo imágenes a un chiste que me han contado, o copiando dibujos que me gustan.
Dibujar por dibujar. Ensayando estilos, probando plumillas, lápices, papeles, rotuladores. Cambiando por cambiar.
Cuando hago esas cosas, mi mente deja de pensar en gente que me rodea y que es incapaz de ver el mundo, masas de gente aborregada, entontecida con la televisión y los memes del móvil. Ovejas que caminan al matadero y que, cuando intentas (bueno, yo intentaba, ya no lo hago) ayudarles a abrir los ojos, se espantan y prefieren no saber.
Entonces, lo mejor es volver a los lápices y la tinta china. La mente se serena y es como el agua de un lago, que se queda en calma y vuelve transparente. Tan transparente como para comprobar que esto no tiene solución.
Son niños que prefieren meter la cabeza bajo las sábanas y no ver los monstruos; así desaparecen. Se ponen sus bailes del tik-tok y sus chistes de whatsapp y desaparecen los problemas del desabastecimiento, la gente deja de morir por las vacunas y las pensiones seguirán pagándose, porque sólo hay que poner la impresora a hacer billetes.
Y yo, que me siento vacío, vuelvo a intentar llenarme dibujando cualquier cosa.
Y hoy he recordado a Nydia Caro, la cantante portorriqueña que ganó el festival de la OTI en 1974 con una canción que se llamaba «Hoy solo canto por cantar». Recuerdo la letra entera, pese al tiempo transcurrido. Quizás sea porque me llegó hondo o porque la memoria es una de las pocas cosas que todavía no me fallan.
Si usted, desconocido lector, no la conoce o no la recuerda, yo se la incluyo aquí, que para eso estamos. Es una canción triste, muy adecuada para mí, hoy.
Después de escucharla una vez más, he hecho una adaptación particular a mi estado de ánimo y quedaría así, más o menos:
Estoy vacío, no siento nada, no tengo ganas ni de hablar y estoy dibujando.
Me da pereza abrir la boca para decir lo mismo que dijeron tantos, que tontería hablarle al mundo pidiendo honradez y que haya paz en todas partes si nadie escucha, lo que decimos, lo que pedimos, chiste a chiste los dibujantes.
Por eso hoy dibujo solo por dibujar, sin un motivo de preocupación, que los problemas son de cada cual y cada cual ya tiene su tik-tok.
Hoy dibujo solamente por dibujar, dibujar aunque me duela el corazón, me da lo mismo el covid que el NOM, el cambio climático, el PSOE o Vox.
Estoy vacío, no siento nada no tengo ganas ni de hablar y estoy dibujando.
Me da pereza, abrir la boca para decir lo mismo que dijeron tantos la gente quiere oír memes en whatasapp para olvidarse del dolor de nuestra tierra de nada sirven las ilusiones si un chiste jamás podrá parar la guerra.
Y como también hago dibujos para refranes, me he dibujado a mí mismo para darme ánimos y poner…