Como todo el mundo sabe, hay cinco vocales (al menos en español) y que se dividen en fuertes o abiertas (a,e,o) y débiles o cerradas (i,u).
Ahora podría yo ponerme a hablar de diptongos, triptongos, hiatos y otras hierbas, pero eso es algo que también sabe todo el mundo (je) y, además, el motivo de mi inquietud es otra. Me refiero a la tremenda discriminación que está haciendo el lenguaje «inclusivo» con las vocales débiles.
Es chocante que algo supuestamente inclusivo se dedique a excluir, pero esas contradicciones son muy frecuentes en el mundo pogre. Aunque justo es decir que los que discriminan no son los progres auténticos, sino los progres de salón, los advenedizos de última hora que intentan quedar bien.