Santi Camacho Hidalgo. Como se suele repetir en estos casos… ¿qué decir que no se haya dicho ya?
Se me ocurre algo y es mi impresión personal de él; eso… seguro que no lo ha dicho nadie.
Sí han dicho que es escritor y periodista etc. etc. en muchos sitios, por ejemplo aquí, aquí o aquí.
Su bibliografía se puede encontrar en varios sitios también, por ejemplo aquí y aquí.
Pero decía que lo que iba a reseñar era mi relación personal con él, si a relación se puede llamar el ser lector y seguidor suyo, porque no tengo el gusto de conocerlo.
Puedo decir que no tengo todos sus libros, pero que voy camino de ello. Los que no tengo son porque aún no los he encontrado por estar agotados o descatalogados, pero ya caerán, ya.
Puedo decir que lo conocí tarde; y tarde significa que siendo como soy desde chiquito aficionado a los asuntos del misterio no tomé conciencia de él hasta bien avanzada su carrera profesional.
No sé por qué. Otro misterio dentro del misterio. Y puedo decir que me asusta.
Santi Camacho me asusta
Me asusta, sí. No el mismo susto que me produce encontrarme a Freddy Krueger al volver una esquina o el escuchar a Cristóbal Montoro anunciando un nuevo impuesto (aunque hay que perdonárselo porque es lo único que sabe, el pobre. ¿O hay que decir ya el progre?
Pero, volviendo a Santi Camacho, me asusta con efectos retardados.
Porque Santi Camacho lo veo como una persona amable, tranquila, entrañable, educada mientras que lo escuchas o lo lees y que luego, cuando desaparece y te quedas pensando en lo que ha dicho o escrito, se te empieza a erizar el vello.
Empecé a escucharle en Milenio 3 y en Cuarto Milenio, y todavía no había leído ningún libro suyo.
El primero que cayó en mis manos fue La conspiración de los Illuminati y ese, al principio, la verdad es que me lo tomé un poco a risa. Craso error, tratándose de «El rey de las conspiraciones».
Cuando fui conociendo mejor al autor, viendo que era un investigador serio, un periodista digno de confianza -por mucho que le pese a sus detractores residentes en Ortodoxiland- me lo tuve que repensar.
Luego leí La Troika y los 40 ladrones y ese sí que me acojonó desde el principio.
Después llegaron más, 20 grandes conspiraciones de la historia (su materia estrella), Leyendas urbanas (aunque aquí sobre todo lo que hace es desmontar mitos), Hemos vuelto, sobre el regreso de los nazis, que eso sí que acojona de verdad.
Y otros varios que esperan turno. Ahora me encuentro a medias con Calumnia que algo queda y también da que pensar.
Además de todos estos temas que podríamos calificarlos como pintorescos o frikis, odiosa palabra tan de moda para llamar a lo raro de toda la vida, porque no suelen tocarlos los Ortodoxos Boys, lo curioso es que Santi Camacho, como periodista que también que se dedica a poner sobre la mesa temas de actualidad «normales», lo suele hacer ANTES que los chicos formales que le critican.
Me he enterado por Santi Camacho de asuntos delicados y preocupantes ANTES de que fueran tema de portada en medios de comunicación convencionales. Por eso me asusta, porque cuando él lo dice, normalmente luego se convierte en una realidad incontestable y no en el «alucinaje» de un pirado, como dice alguno por ahí.
Días extraños
Ahora, el bueno de Santi Camacho ha decidido asustarnos, o asustarme, un poquito más y ha abierto en Youtube el canal Días Extraños (@DiasExt en Twitter) y desde allí nos inquieta semanalmente con cosas que no se han oído en otros sitios aunque más tarde se oirán. O no.
Yo, como agradecimiento a esos ratos de insomnio que me hace pasar, he hecho una caricatura al Rey de las Conspiraciones. Y como mis caricaturas no son muy buenas, al tiempo que agradecimiento, es mi pequeña venganza.
Gracias maestro.
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