¡Vaya valla! Ahora recuerdo una frase que mi profesor, Don Maxi, nos decía cuando hacíamos dictado, para cazarnos en las faltas de ortografía.
Era «¡Vaya, vaya, con la valla que saltó mi caballo bayo allá por Valladolid!. Me cazaba pocas veces, pero alguna había.
La ha recordado ahora al venir también a mi mente la valla que regalé a mi mujer allá por 2011.
Estaba colocada en el Barrio de la Concepción, cerca del Estadio Cartagonova, y fue un simple gesto para recordarle, tanto pública como privadamente, mis sentimientos por ella.
Entonces llevábamos juntos 38 años. Pero el marcador sigue contando…
Cuando trabajé en publicidad, hice o diseñé muchas vallas. Tenía lógica hacer una a la mujer que quiero.
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