Los que ya sean mayores, como yo, y le gustasen los tebeos; o a los muy especializados en cómics, como se dice ahora, recordarán al Gran Visir Iznogud.
La pandilla la formaban tres personajes. El principal era el Infame Iznogud, Gran Visir (que estaba obsesionado por «ser califa en lugar del califa»), el citado Califa Haroun el Pussah (jefazo, cuyo trono deseaba el innoble Iznogud) y Dilá Lará, el fiel siervo del Gran Visir.
Aquella serie de historietas francesas, que transcurría en Bagdad, en la época más gloriosa del islam, se inició en 1962, con guión de Renné Goscinny -el mismo que de Astérix- y dibujos de Jean Tabary.
Si no estoy equivocado, se publicó hasta el fallecimiento de Tabary en 2011, aunque el guionista original, Goscinny había muerto ya en 1977.
Al pobre Iznogud, al infame Iznogud, pese a su astucia y sus tretas para traicionar al Califa y ocupar su puesto, al final todo le salía mal y acababa compuesto y sin trono.
Y todo eso pese a la ayuda de su fiel lacayo. El pobre Iznogud, aunque en cada historia se veía rozando el reino de los cielos, nunca lograba el sorpasso.
PARECIDOS RAZONABLES
Todo eso me recordó a Pablo Iglesias, Alberto Garzón y Pedro Sánchez. Todo eso, unido a afinidad del trío con todo lo islámico. Uno por la financiación a través de Irán, el otro con su atentas felicitaciones a los musulmanes por el Ramadán, etc. pero ignorando a los creyentes cristianos.
Y los tres por el repelús que les da la iglesia católica y su tolerancia y comprensión con los seguidores de Mahoma o cualquier otro credo.
Según publican las encuestas actuales, es probable que se reedite el gobierno Frankenstein en las próximas elecciones de generales de abril y tengamos islam para rato.
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